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martes, 8 de mayo de 2018

LA SIESTA

Después de un pequeño "kit kat", aquí estoy de nuevo. Ayer recordé una pequeña anécdota que me ocurrió con mi amigo Toni. La voy a contar. Es obvio que no es lo mismo contarla que vivirla, pero como a mi me sirvió ayer para reir mientras la recordaba, pues lo dicho, la cuento. Hace un tiempo, un domingo vinieron unos amigos a comer a casa y entre ellos estaba mi amigo Toni, después de comer una potente paella, los postres, el café y el chupito, a Toni le entro la modorra, de hecho, él de habitual no perdona su ratito de siesta después de comer cada día antes de volver a incorporarse al trabajo. Quité la colcha de mi cama le cerré la ventana que no le entrara luz y él se tumbó. Seguimos charlando los demás en la sobremesa y a los diez minutos, más o menos, oímos a Toni gritar tras el tabique de la habitación... ¡¡Me cago en dios, que me va a dar un infarto!!.¡Joder!¡Qué susto me he pegado!. Todos se quedaron impresionados por el enorme grito, pero a mi me dio un ataque de risa y no podía parar. Nadie entendía nada, pero todos acudimos corriendo a ver que le pasaba a Toni, aunque yo, supe al instante lo que había ocurrido. Como todos sabréis los chinos lo inventan todo. Pues bien en una de esas enormes tiendas de chinos vi un artilugio en forma de muñeca, era una muñeca-bruja, digo era, porque ya se escacharró y la tiré. Durante el tiempo que a la muñeca, vestida de bruja, le duraban las pilas ante cualquier ruido se ponía en marcha, y se le encendían los ojos de luces destellantes y unas carcajadas ruidosas y gritonas a buena pontencia. Por lo visto eso lo venden contra los ronquidos, y sí, se deja de roncar al instante porque te despierta con la estruendosa risa que emite la dichosa la muñeca. Yo la tenía sobre la mesita de noche que es donde hay que tenerla para que haga efecto en caso de ser necesario. Y pues bien, yo no recordé retirarla durante la siesta de mi amigo Toni. No hacía ni diez minutos que se había acostado, empezó a roncar y la bruja se puso en marcha, él que no se lo esperaba, se llevó el susto de su vida. De hecho se espabiló de tal manera, que no quiso más siesta... Jajajajaja, aún me río de la fracasada siesta de mi amigo. Si alguien tiene problema de ronquidos, la muñeca/bruja se los quita de momento. Compras una en los chinos, le pones pilas, la colocas en la mesita de noche, y quien se atreva, que ronque...
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La fotografía que presento es una pintura acrílica sobre papel, S/T, de medidas 70X50 cm. Año 2018

REPRODUCIR.

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