Hoy
he hablado con
mi amiga Merçe. Después
de
mucho tiempo me ha llamado
por
teléfono,
y
claro, nos hemos puesto al día sobre todo lo divino, lo humano, y de las muchas novedades que teníamos
que
darnos.
De todas las cosas que me ha contado una se ha quedado
martillando mi mente.
Me ha contado mi amiga, que desde hace un
tiempo, o sea, al poco de morir su madre, su padre empezó
a
nombrar a un tal Emilio, al principio no le dieron importancia, pero
ya después
día
tras día con Emilio en
la boca, entendieron que había imaginado un
amigo
desde la muerte de su esposa para no sentirse tan solo.
Emilio prefiere
la película de La 2, Emilio me
ruega que os calléis, Emilio dice que como su tortilla de patatas no hay otra, Emilio y
yo salimos a pasear... Tan a menudo su padre
mencionaba
a Emilio como
ese amigo inseparable, que sospecharon que claramente
había
nacido en su imaginación, para suplir la falta irremediable de su
esposa. Por eso todos sus hermanos recurrieron a un psiquiatra
afamado para tratarlo. Durante largos meses, el galeno probó con su
padre innumerables terapias con sus respectivos medicamentos y, como Emilio nunca ha desaparecido de su cabeza, ha acabado internándolo en un sanatorio.
Y me
cuenta mi amiga que hace dos días recibieron una llamada telefónica, era Emilio que,
entre sollozos,
les
anunciaba la trágica noticia.
A veces estos casos y cosas se nos dan
en la vida. Es por ello que creo que debiéramos
prestarnos
la verdadera atención que merecemos y en determinadas ocasiones,
antes de actuar, recapacitar.
...............................................................................................................................................................La fotografía que presento corresponde a una pintura acrílica, "Qui lo sa", de medidas 70X50 cm. Año 2018.
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