Como no lo frecuento demasiado, en el poco tiempo que estuve, lo paseé de norte a sur y de este a oeste y vi como iba cambiando desde que yo había vivido allí de niño. Mientras disfrutaba del paseo y de mis recuerdos, hubo un momento que una panorámica captó mi atención y me detuve en ese preciso punto para ver un poco el resumen de lo que era mi villa. En aquel sitio en el que me detuve unos minutos a observar, veía los huertos en primer plano, (ya pocos, antes hubo muchos más), tras unas casas, la iglesia y al fondo el castillo, que aunque no sea el más importante del país, tiene su historia. Me gustó. No quise olvidar aquella imagen y con una pequeña cámara de fotos le dispare varias instantáneas para tener un recuerdo del momento. Al volver de mi viaje, aquellas fotos me sugirieron un cuadro. Pintar a partir de fotos no es lo que me gusta, ni en general pintar paisajes, pero dado que era lo que era y aunque lo ideal es poner el caballete y pintar "in situ", no podía dejar pasar la oportunidad de pintar mi pueblo. Por cierto que el paisaje que yo pinté desde aquel punto, en nada se parece a la panorámica que ofrece ese mismo lugar hoy día. Creo que la imagen que recrea mi pintura únicamente les será familiar a las personas más mayores, los más jóvenes podrán ver como era antes aquel lugar. La vista de este cuadro corresponde al camino del cementerio, justo detrás de la antigua vaquería. La obra es una pintura al óleo, pintado en tela con bastidor y es de med. 96X160 cms.
(pinchar sobre la foto para agrandar)
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