Definitivamente, en esta vida lo que jamás dejaremos de hacer es aprender.
Todos los días adquirimos conocimientos nuevos. No me refiero a conocer los diversos funcionamientos de los últimos móviles y ordenadores, no. Quiero decir a la capacidad que tenemos de aprender de todas las situaciones, errores, fracasos y hasta de los triunfos. En definitiva de todas las experiencias.
El mundo en el que vivimos cada día aprendemos cosas nuevas y nos damos cuenta de que es así; y aunque a muchos no les haya gustado o no hayan podido ir a la escuela, el colegio de la vida siempre estará ahí.
Lo que comúnmente llaman la universidad de la vida, es el más importante de todos los colegios que jamás existirán. De ahí que mucha gente ya desde joven decida trabajar para adquirir experiencia de vida.
El campo de la vida siempre nos dará experiencias y eso es lo que nos convertirá en expertos en el área que nos apasiona. Aprender nos ayuda a crecer y madurar. Así como de niños aprendimos el abecedario, cuando nos convertimos en adultos empezamos a vivir cosas diferentes y más complejas. Para muchos es difícil aprender algo de una mala experiencia, tal vez porque creen que solo de las cosas buenas se saca una buena lección, pero no siempre es así.
Actualmente con tanta información como recibimos terminamos saturados, sin embargo siempre es bueno volver a lo básico retomando lo valores y la sencillez de la vida. Nadie nace con un manual de instrucciones y sabiendo todo, aquí estamos para aprender y compartir y no tiene nada de malo decir que no sabemos algo. Lo importante es investigar y no quedarnos sin saber las respuestas.
Si en alguna ocasión alguien me pregunta como aprendí esto o aquello, siempre les respondo que mis maestros en esta vida han sido mi familia, mis amigos, algo en los libros, las experiencias, los tropiezos, los desafíos, las adversidades y la vida misma. Al final veo que las experiencias vitales en todos los sentidos, son de donde más se aprende.
Una vez ley la historia de un marinero, al que su padre le quiso enseñar a navegar y nunca prestó demasiada atención mientras navegaban en mar tranquilo, pero cuando llegaron las tormentas y tuvo que lidiar contra ellas ahí para vencer las duras situaciones luchando a brazo "partío" contra las adversidades, se convirtió en un gran marino. Las circunstancias le llevaron a aprender.
Por tanto si no es de una forma, será de otra debemos aprovechar todas las situaciones para prender día a día.Mientras estemos aquí es lo que nos toca. Porque como dicen en mi pueblo. "Hasta el rabo, todo es toro". (Perdón por la frase, sé que es poco acertada y demasiado taurina, pero me me venía bien para la explicación). El cuadro que presento se títula: "Las columnas", óleo sobre tela de medidas 100X100 cm. Año 2000.
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