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jueves, 21 de diciembre de 2017

MEDIO AMBIENTE.

El agua es un bien escaso. Pronto puede que no tengamos la suficiente, se empiezan a ver detalles de lo que nos puede llegar a pasar.
La culpa es nuestra de todos los problemas que hemos causado al medio ambiente y somos nosotros los que debemos poner remedio a esto.
Si nuestros antepasados nos han dejado un mundo cuidado es nuestra obligación hacer lo mismo para con las generaciones venideras.
Hoy en día se ha extendido la idea de que no vale la pena preocuparnos por el mundo en el que vivimos, que no vale la pena perder el tiempo reciclando ni preocupándonos por el deterioro de la capa de ozono. Que no vale la pena preocuparse por el agotamiento progresivo de las fuentes de energía ni por el aumento galopante de la contaminación medio ambiental, que no vale la pena preocuparse porque cada día desaparezcan especies animales y vegetales del planeta tierra, que no vale la pena preocuparnos porque cada vez seamos más y más pobres, que no vale la pena preocuparnos por si tendremos una pensión cuando seamos viejos o nos moriremos de asco en una esquina. Que no vale la pena en definitiva preocuparse por nada. El argumento que se suele aportar para apoyar la mayoría de estas afirmaciones es que nosotros no contemplaremos el final de todas estas cosas: No seremos testigos del aumento radical de la media de temperatura,no seremos testigos de las guerras que se establecerán por el agua, no seremos testigos de un mundo insostenible y donde las hambrunas serán cada vez más frecuentes...y así sucesivamente...el problema sera pues de los que vengan detrás porque nosotros ya no estaremos aquí para verlo. Todo esto así, me viene a la cabeza una pequeña historia que me contaron en una ocasión. -Contaban que un rey iba paseando de incógnito por sus tierras (ya sabéis, eso que suelen hacer los reyes para comprobar como viven en realidad sus súbditos), cuando se dio cuenta de que un viejecillo de más de ochenta años se afanaba haciendo un hoyo a pico y pala en el suelo. Así que se acercó y le preguntó que es lo que estaba plantando con tanto ahínco. El viejecillo le dijo que estaba plantando nogales porque le encantaban las nueces. Entonces el rey miró compasivamente al anciano y le dijo que desgraciadamente era ya tan anciano que nunca podría comerse esas nueces y ni siquiera ver como crecía el árbol, así que todo su esfuerzo era en vano.
El anciano se quedo mirando al rey y le dijo: "Si mis antepasados hubieran opinado y actuado igual, entonces yo nunca hubiera probado una nuez".El rey avergonzado tuvo que callar.

La moraleja es bien sencilla.

......................................................... El título de la pintura que aquí muestro es "Paisaje con peces". Es Un acrílico sobre papel de medidas 100x70 cm. Año 2005.

Pulsar sobre la foto para ampliar.


REPRODUCIR.

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