Costumbre, que por lo que sé, sigue cada vez más viva y siempre se recibe con la misma intensidad. Para eso, no pasan los años.
En definitiva, para mí, fue un pretexto más para pintar multitudes que era mi objetivo por entonces. Recuerdo que para pintar masas de gente, un recurso recurrente era echar mano de las manifestaciones religiosas o lúdicas de mi pueblo. De ahí, que varios de mis cuadros de aquella época reflejen algunas de aquellas grandes reuniones locales y culturales. Por otro lado, quiero anotar, que mis pinturas en ningún caso pretendieron ser religiosas en el sentido estricto, en todo caso, representaciones de un hecho, simplemente. Pintar esta obra, para mí,fue una composición como cualquier otra de aquella etapa. Sólo fue un cuadro con un tema grupal más, únicamente que presenta la imagen en una procesión. En alguna ocasión creo haberlo escrito, pero no me molesta repetirlo, mis pinturas tampoco tienen nada contrario al sentido religioso pero no fue la idea con la que las concebí, y eso deseo aclararlo. Lógicamente no reniego de nada, porque si decidí plasmarlo fue porque plásticamente me convencía la idea y simplemente reviví mis recuerdos.
Cada cual, puede mirar mis cuadros desde el punto de vista que considere oportuno. Faltaría más. En esta obra, que me parecía más alegre y festiva que otras, utilicé colores que no eran habituales en mi paleta de entonces. Quise así, mostrar una manifestación de mayor alegría. Una curiosidad que quiero aportar sobre esta pintura. Para dibujar el santo que se ve en la procesión, fui con el boceto a tomar nota a la Iglesia de Sant Mamarçal, en Marratxi (Mallorca). Me basé en el primer santo que hay entrando a al iglesia a mano izquierda y creo recordar que era San Antón. Este cuadro fue pintado al óleo sobre lienzo de medidas 116X81 cm. Año 1999.
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