Ir a la escuela era toda una tortura caminando por el centro de la calle donde había lugares que la nieve sobrepasa a los niños.
Tan entregado estaba a mi universo onírico que también me he recreado en su plaza con la fuente al fondo, justo delante del ayuntamiento sin parar de emanar su fresca agua, de la que se abastecía a todo el pueblo y al pilón para los animales de labranza y el ganado, ¡Bendita fuente!.
En mi recorrido por casas familiares he visto sus gachas, caldopatatas y gachamigas, propio de sartenes en la lumbre y la solución caliente para el cuerpo.
Al atardecer he encontrado a la gente llegar de su jornada de recolectar aceitunas, muy tapados, semi mojados y con cara de frío. Me he sentido tan feliz del momento que creo que tenía una sonrisa de oreja a oreja. Me he visto caminando con mis botas cachuscas, (katiuskas), por el camino de la Virgen, no sé donde debía ir... justo en ese momento va y me suena el cabrón del despertador y rompe toda la mágia de mi ensueño en esta noche de Enero, con lo que me he quedado con la miel en los labios. En todo caso ...¡Felicidades Pueblo!, mi pueblo.
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La fotografía que muestro, corresponde a una pintura al oleo, S/T , de medidas 92X73 cm. Año 1995.
REPRODUCIR.
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