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sábado, 10 de febrero de 2018

OBSESIONES



Noto que me voy haciendo mayor porque me obsesiono mucho.
 Yo que me veía por encima del bien y del mal, que me la sudaba todo, o sea, que si el colesterol, que si la tensión, que si los planes de jubilación, que si mi deseo de vivir eternamente. Pues ahora resulta que soy un "cagao" de cojones.
 Hace unos meses me hicieron una endodoncia en una muela y tal fue el tronero que estoy amenazado por el dentista de que en cualquier momento se me astille la pieza por el mero hecho de masticar algo duro y desde entonces no he superado el trauma de saber que puedo perder la pieza endonociada, y aunque no me duela porque me han matado el nervio, me veo con la muela astillada  solamente por masticar unas almendras.
 Hace unos días observé que he empeorado de la espalda, desde que me pusieron una chapa con cuatro tornillos entre vértebra y vértebra, hace la tira de años y me había olvidado para siempre de ello, y ahora resulta que siento un dolor parecido al que el que tuve por entonces y por el cual me vi en la mesa de operaciones y con una chapa de titanio dentro de mi espalda como un mecano. Ahora estoy "acojonao" por si acaso dicen de ponerme otra.
 Mi obsesión máxima sin embargo, tiene que ver con el peso. Las básculas son mis obsesiones número uno. Mi manía a las básculas es proporcional a mis deseos de adelgazar, cada vez que veo una, parece decir : -¡Ven, guapo...Sube y pésate!. Y entonces yo le hago un corte de mangas. Me peso por la fuerza en la de la consulta de mi endocrina, y siempre acabo porfiando con ella por los kilos que debo restar por la ropa que llevo puesta, ella que quinientos gramos, yo que tres kilos, que los tejanos son de invierno y pesan más de lo normal, total que siempre acabo perdiendo yo y me quedo con dos kilos de más de los que creo pesar.
 Decididamente, tengo que encontrar otra forma de pensar y de actuar con respecto a mis obsesiones y también a dejar de compadecerme de los hombres mayores que se quedan embobados mirando detrás de las vallas de las obras, no porque vea nada malo en lo que hacen, pero es que les veo un cierto nivel de aburrimiento o de vacío existencial.
 O sea, más o menos como yo con mis absurdas obsesiones.
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 La foto que presento es una pintura al óleo sobre tela, S/T, de medidas 100X70, Año 1997


                                 REPRODUCIR.

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