Yo no sé mucho de nada. No soy experto en nada, ni me ando pavoneando cual gallo en el corral.
Soy, ante todo, buena persona. O al menos intento serlo. Después creo también ser bueno en las relaciones personales que me interesan y en mi trabajo. En todo pongo bastante empeño.
No soy mejor ni peor que nadie. Ni peor ni mejor, ponerlo en el orden que quierais.
Tuve un profesor que me dijo una vez que siempre habría una persona que hiciera algo aunque fuera un poco mejor que yo, pero que yo haría cosas en las que iba a superar a la inmensa mayoría de las personas. Le pregunté si eso significaba que iba a ser normalito o malo en todo, pero el me sonrió como sonríe un padre y me dijo que no se trataba de mediocridad, sino de humildad en todos los sentidos, cuando haces algo bien y cuando no lo haces también. Y me abrazó mientras me decía: "no dejes que la ira por no conseguir algo estropee lo puro que tienes el corazón, lucha sin ira". Creo que ahí aprendí esa palabra (mediocre) y fui realmente consciente de la importancia de la humildad.
Contaba entonces trece años de vida, era delegado de clase y tenía buenas notas y una habilidad curiosa para las artes plásticas. Me supo muy mal no ser yo el elegido para dibujar un mural de fin de curso. Nunca fui demasiado competitivo, pero aquello me hirió el orgullo, y así debió parecer porque el profesor se acercó a la hora del recreo debajo de la canasta de baloncesto donde me senté.
Aún hoy sigo recordando la mirada dulce de aquel profesor al que debí tocar un poco su corazón cuando le pregunté si era normalito o malo. Y recuerdo como una losa la sensación de culpa que sentí por no haberme alegrado de que ese chico, que también dibujaba bien fuera el encargado de hacer el mural.
Cuando dicen que los profesores no educan en valores creo que se equivocan. Aquel profesor me enseñó a amar y asumir mis virtudes y mis defectos, al menos aquellos de los que soy consciente. Y sí, tengo muchos defectos y muchas cualidades de los que me siento más o menos orgulloso, pero si de uno tengo que presumir es de que miro a las personas de frente, sin miedo, y sin creerme ni más ni menos que nadie. Y me siento bien por ello.
-A Don Julián.
-A Don Julián.
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La fotografía que presento en una pintura acrílica S/T, sobre papel, de medidas 70X50. Año 2018
REPRODUCIR.
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