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lunes, 12 de marzo de 2018

MI ABUELO

Es hora de explicar el título de mi blog. Sé que no es preciso hacerlo, pero como no me molesta, si no todo lo contrario, pues aquí me he puesto y dispuesto esta mañana a contarlo. Bien. A priori, es fácil de entender que se titula así porque Pancho era mi abuelo y dado que fue especial para mí, quise dedicar a su memoria esta página en la que escribo de cuando en cuando.
Fue una persona a la que yo quise mucho, tanto como él a mí. Resuelvo así lo del nombre de mi blog, cosa que no me es difícil, dado que fui su nieto preferido, amén de ser su primer nieto. Que no se ofendan resto de los descendientes, pero la cosa fue así. A mi abuelo le llamaban Pancho de apodo, era de forma cariñosa, no era por ninguna razón que pudiera parecer negativa, todo lo contrario. Recuerdo que cuando yo era un jovencito, en la plaza de mi pueblo, un señor muy mayor, no recuerdo porque razón, pero lo cierto es que me explicó porque llamaban así a mi abuelo, y todo lo que aquel señor me contó sobre él eran halagos y en general me habló de los valores que tenía mi abuelo.
Por cierto, no era muy alto, pero sí, muy fuerte, ecuánime y muy valiente, y siendo así, yo no puedo estar más orgulloso de ser su nieto. En efecto era bajito, pero proporcionado, tenía presencia y siempre le vi un físico ágil, incluso siendo ya muy mayor. La tez muy limpia y una mirada muy viva. Así era, y así lo veía yo.
Era también, un hombre muy trabajador. Siempre lo fue. Tenía un burro, con el que se manejaba en las labores del campo durante toda la semana, excepto el domingo que era fiesta de guardar.
Siempre aseado; pero al llegar el domingo, se ponía "majo" e iba impecable con su pantalón de pana y blusón negros, y su camisa de un blanco níveo a oír misa, una obligación con la que siempre cumplió. Mi abuelo fumaba tabaco verde de liar, que él mismo cultivaba para todo el año. Nunca dejó de fumar, porque creo que no le perjudicó.
Hay un detalle que también deseo comentar, siempre, en las comidas se acompañaba de un picante seco y frito, que él masticaba de forma natural, pero que era una auténtica bomba de picor en cualquier otra boca. No me bastaría con varios folios para seguir hablando de mi abuelo y de mi relación de cariño con él, que era muy particular y especial. Como puede verse tengo muchos recuerdos y sobradas razones para sentirme orgulloso de ser: EL NIETO DE PANCHO.
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La fotografía que presento es una pintura acrílica sobre papel, S/T, de medidas 70X50 cm. Año 2018.


REPRODUCIR.

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