Páginas

jueves, 22 de marzo de 2018

REFLEXION 2.0

Entre idas y venidas se nos pasa la vida. Entre pasos en falso e intentos fallidos. De cuando en cuando alguna alegría, el resto fracasos. Y así se nos va la vida. Sin darnos cuenta. Sin comprender que hay decisiones que no se pueden posponer. Sin entender que eso de nunca es demasiado tarde no es del todo cierto.
A veces es ahora o nunca.
A veces hay que aceptar alguna proposición tal cual te pille, como cuando te vas de fiesta con tus mejores amigos sin planearlo. Esas veces son las mejores.
¿Cuántas veces nos quedamos con las ganas de hacer algo? Seguro que alguna vez os ha pasado. Por ejemplo cuando planeas un viaje con amigos y después por h o por b no lo realizas y después, nunca más. Algo así me pasó a mí en una ocasión, con unos amigos, planteamos un viaje a Estambul, todo preparado y en el ultimo momento no fuimos por alguna razón tonta que ni recuerdo, pues bien, nunca más he ido a Turquía. Perdí la ocasión y nunca más surgió otra.
A ver...No quiero dar lecciones a nadie, es verdad que no siempre salen las cosas como uno espera, pero me reconoceréis que muchas veces las cosas, sin planear, nos salen mejor de lo que esperamos, por suerte o por lo que sea, pero lo cierto es que a veces las cosas salen mejor de lo esperado. Imaginad lo triste que sería la vida si supiéramos todo lo que nos va a pasar. Imaginad vivir sin casualidades.
 Que por esas casualidades, te sorprenden un día cualquiera, te ocurren cosas que te dejan sin aliento y colman toda tu aspiración. Adoro esos momentos. Saber que tu vida podía haber tomado otro rumbo cualquiera, pero estuviste en el lugar oportuno, a la hora adecuada. Benditas casualidades, de esas que tengo algunas en mi vida. A veces se necesita tan poco para ser felices!. Se necesita tan poco para que nuestra vida cambie!. Aunque supongo que cuando uno es joven todo esto cuesta más apreciarlo. Las oportunidades se las encuentra uno hasta sin buscarlas y puede cometer el error de dejarlas pasar, de posponer subirse a uno de esos trenes. Pero te vas haciendo mayor y la cosa cambia. Te das cuenta de que hay oportunidades que no pasan tan a menudo. Y que lo que a menudo se nos pasa, es la vida. Te das cuenta que uno cambia o lo cambian. ¿Qué más da? El porqué es lo de menos, lo que importa es que uno ya no es el mismo, ni ya nada es lo que era.
Llegados a ese punto a uno le quedan dos opciones, lamentarse y dejarse llevar, o salir, tirar de coraje y atreverse a jugar. 
No lo pensemos y juguemos, para no tener que decir mañana...¡Si hubiera jugado!.
..............................................................................................................................
La fotografía que presento es un dibujo, S/T, técnica mixta, de medidas 70X50 cm. Año 2018


             
                        REPRODUCIR.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar.