Desde que tengo diez y ocho años o quizás antes, constaté que de la única manera en que me podía defender cantando, era moviendo los labios cuando un disco sonaba, yo movía los labios y si acaso, imitaba de memoria el movimiento corporal del artista original.
De niño estudie en un colegio religioso y allí era muy importante la música, al menos la coral.
En el primer año me eligieron para cantar con el coro, tras una prueba en la vieron que yo tenía la voz de tiple, que es un registro de voz muy alto, o sea, que tenía voz y oído para cantar.
Cuando me llego el cambio de voz, eso es algo que le pasa a todo el mundo, o al menos a mucha gente, es un cambio que en mi pueblo decían que era cambiar a voz de hombre.
Pues bien, en ese cambio de voz, la providencia o quien demonios fuera, me inutilizó para poder seguir cantando, y sin más, me apartó a la cuneta de los que no tienen voz.
Pero como quien no se consuela es porque no quiere, y yo nunca me he arredrado fácilmente, pues no solo me conformé si no que disfruté la música como el que más, siguiendo la música con movimiento de labios y siguiendo el ritmo con el cuerpo, o lo que comúnmente se diría cantar y bailar, sin quedarme afónico ni cansar la voz, de tal manera que podía volver a empezar después de estar cantando durante una hora sin parar.
Hace algunas décadas, cuando era más joven y frecuentaba discotecas, ahora mismo recuerdo una en concreto y me parece que fue ayer cuando estuve allí bailando a rabiar. Con mi método era capaz de cantar todo lo que sonaba sin desafinar ni equivocarme, yo me sabía casi todas las canciones que ponían, y que seguro que a muchos de vosotros que podáis leer esto, ni idea de estas...
Canciones como Daddy cool de Boney M., I will survive de Gloria Gaynor, I love to love de Tina Charles, Get up And Boogie de Silver Convention, Saturday Night Fever de Bee Gees..... y algunas más. Lo último en música de las "disco" por aquellos años.
Sí, sé que a algun@s, estas canciones os sonaran a chino, pero era lo que había en aquellos tiempos y bien orgulloso que estaba yo de cantar todo el repertorio con mi movimiento de labios y mis bailes como si no hubiera un mañana. Disfrutándolo como si el que sonaba por los altavoces fuera yo, y sin desentonar ni cansarme.
El que da lo que tiene, no se le puede pedir más, y yo daba todo lo que tenía.
Con esto quiero decir que no hay que achantarse por nada, ni permitir que nada te pare en la vida, que si no eres apto para cantar, pues nada , mueves los labios mientras suena el disco y encima no te quedas afónico.
-Es lo que hay!!!.
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La fotografía que presento corresponde a una pintura acrílica S/T, técnica mixta sobre papel de medidas 42X29,7 cm. Año 2015
REPRODUCIR.
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